Fundición a la cera perdida
También conocida como fundición a la cera perdida, es ampliamente utilizada en la joyería para crear piezas de metal precisas y detalladas. En este proceso, se crea un modelo de cera de la pieza deseada. Luego, el modelo de cera se coloca en un molde y se calienta para eliminar la cera. A continuación, se vierte el metal fundido en el molde y, una vez enfriado, se extrae la pieza de joyería.
Pasos básicos de la fundición a la cera perdida
- Se elabora un modelo provisional de cera, siguiendo el diseño que ha ideado el artista. La cera se puede modelar con facilidad, y se le pueden añadir o quitar elementos con gran detallismo.
- Se rodea el modelo de cera con una capa de material refractario, como arcilla o yeso, que se solidifica y forma el molde. Se deja unos orificios para que salga la cera y entre el metal fundido.
- Se calienta el molde en un horno, para que la cera se derrita y salga por los orificios, dejando un hueco con la forma del modelo. De ahí el nombre de cera perdida.
- Se inyecta el metal fundido en el hueco del molde, que adopta la forma exacta del modelo. El metal puede ser cobre, bronce, oro u otro.
- Se deja enfriar el metal y se rompe el molde para extraer la figura. Se le da el acabado final, puliendo, cincelando o patinando la superficie.
Esta técnica permite gran libertad en el diseño de las formas que se quieren crear, y se ha utilizado para fabricar objetos ornamentales, como joyas, estatuas, máscaras y más.
Fabricación de la cera para esta técnica
Para fabricar la cera para esta técnica, se puede usar cera de abeja, parafina, arcilla polimérica u otros materiales que sean maleables y se puedan modelar con facilidad.
Cera para réplicas
También se pueden usar moldes de silicona o goma para reproducir una pieza original en metal y obtener réplicas en cera por medio de inyección. La cera debe tener un grosor adecuado para que no se rompa al desmoldarla ni se agriete al calentarla.
Historia de la cera pérdida
Se trata de una técnica metalúrgica que permite obtener figuras de metal, generalmente bronce y oro, por medio de un molde que se elabora a partir de un prototipo modelado en cera u otro material.
Esta técnica se desarrolló de manera independiente y paralela en diferentes regiones del mundo, como Mesopotamia, India, China, Mesoamérica y los Andes, desde el tercer milenio a.C. hasta el siglo XVI d.C. Cada cultura le dio su propio estilo y uso a los objetos de metal creados con esta técnica, que podían ser joyas, adornos, utensilios, armas o esculturas religiosas. En América parece haberse originado en Colombia, aproximadamente hacia 1000 a.C.
En el Códice Florentino, un documento del siglo XVI que recoge la historia y la cultura de los mexicas, se pueden ver algunas imágenes que ilustran el proceso de la fundición a la cera perdida en Mesoamérica. Los pintores indígenas representaron las distintas etapas de la producción de objetos de metal, desde la preparación de las materias primas hasta el acabado final.
En Japón, la técnica de la cera perdida se conoce como rokushō y se remonta al período Yayoi, c. 200 a.C. La pieza más famosa hecha con esta técnica es la imagen de bronce de Buda en el templo del monasterio Todaiji en Nara, que mide más de 15 metros de altura y pesa más de 500 toneladas.
Sandra Sanchez
Sandra es una apasionada de la joyería y el diseño interior. Licenciada en diseño de interiores en la Universidad Taller 5 de Colombia, con varios cursos y postgrados en Barcelona y Madrid, España de Joyería. Compagina su trabajo como joyera y diseñadora de interiores con la docencia.